Recurriendo a una metáfora bíblica, podría decirse que la edición de Alberto Montaner ocupa respecto de la edición de Menéndez Pidal el mismo lugar que el Nuevo Testamento frente al Viejo Testamento en el caso del texto sagrado. La aparición de esta edición en 1993, prologada por Francisco Rico, no inauguraba solo la naciente Biblioteca Clásica de la Editorial Crítica, sino un nuevo modelo de edición del poema. Nuevo porque aplicaba al manuscrito único, que Alberto Montaner Frutos, hoy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza, pudo consultar en persona, técnicas avanzadas de tratamiento de imagen, como la cámara hiperespectral, que permitían, por primera vez, leer fragmentos ilegibles por el uso de reactivos y aquilatar algunas lecturas previas, pero nuevo también por distanciarse del modelo de edición de los editores ingleses. Frente al respeto al manuscrito enarbolado por Smith y Michael, Montaner reivindicó y aplicó los principios de la edición crítica, lo cual se traduce en un grado de intervencionismo mayor sobre el texto y en una rigurosa presentación crítica, que trasciende las veleidades gráficas del manuscrito. Si en el plano ecdótico Montaner se acerca más a Menéndez Pidal que a Smith y a Michael, por buscar como aquel la reconstrucción de un texto crítico, en el plano de la crítica se alinea con estos antes que con el primero.
Así, Montaner es partidario de una redacción tardía del texto, hacia 1207, y no descarta una posible transmisión oral del Poema, pero lo juzga más creación genial de un autor individual, conocedor de la Historia Roderici, la épica francesa y probable experto en leyes, que fruto de una tradición épica muy anterior. La edición de Montaner destaca también por su generosa y exhaustiva anotación filológica, así como por la comparación sistemática de las lecciones del códice con todas las ediciones previas. Las sucesivas ediciones de la obra, editada de nuevo en 2007 y en 2011, con una última revisión en 2016, han convertido a la edición de Montaner en el referente editorial indiscutible para el Poema de mio Cid. Se trata, sin duda, de la edición que ofrece la anotación más exhaustiva, de aquella que con mayor explicitad expone y practica sus principios ecdóticos, de la que cuenta con el aparato crítico más extenso y razonado y de la más actualizada en el terreno bibliográfico, de suerte que hoy resulta inconcebible cualquier acercamiento al Poema de mio Cid que no tenga en cuenta la imprescindible edición de Alberto Montaner, así como los numerosos y decisivos trabajos de este autor sobre la materia épica y cidiana.
Montaner Frutos, Alberto. Cantar de mio Cid, con un estudio preliminar de Francisco Rico, Barcelona, Crítica, 1993.
— Cantar de mio Cid, estudio preliminar de Francisco Rico, Barcelona, Galaxia Gutenberg – Círculo de Lectores, 2007.
— Cantar de mio Cid, Edición, estudio y notas de Alberto Montaner. Con un ensayo de Francisco Rico, Madrid, Real Academia Española, 2011 (col. Biblioteca clásica, nº 1) [corr. con actualización bibliográfica, 2016].